El Ángel de la Gaceta
14 de mayo de 2024
Por Ángel Dehesa Christlieb
A los 70 años
“Los hombres de mi familia no llegan a los 70 años”
Fue tu categórica afirmación, Germán, en alguna de las múltiples ocasiones en las que ingresaste a algún hospital de la Ciudad de México y con esa maldición, digna de cualquier tragedia griega, justificabas la falta de cuidado que tenías con tu persona, tu dieta errática, tu no dejar de fumar.
Tuviste muchas virtudes, te amo y te extraño siempre, pero esa falta de amor a ti mismo cuando eras capaz de amar tanto a otros, todavía no puedo entenderla y, por lo mismo, no puedo perdonártela
Escudado en esa profecía a modo, te dejaste ir hasta que tu hígado ya no funcionó y en esos últimos meses, la razón iba y venía de tu mirada, a ratos me reconocías y a ratos me preguntabas quién era yo y con quién estabas casado porque no lo recordabas.
“Encefalopatía hepática”, dijeron, tenías la suerte o la paradoja de que tu hermana (que hoy 13 de mayo cumple años) era y es una de las mejores hepatólogas del mundo, sabíamos exactamente lo que te estaba pasando.
Durante meses estuve pendiente del teléfono, como ese día que Fita, que trabajaba contigo, me dijo que estabas tirado en el baño y tuve que ir por ti y llevarte en ambulancia al hospital, mientras el paramédico se esforzaba por mantenerte despierto.
Muchos estuvimos ahí para ocuparnos de ti y cuidarte.
Para hacer, cuando ya no había nada que hacer, lo que tú no hiciste por ti.
Cada uno tendrá su propia historia de esos días.
Yo solo sé la tuya y la mía
La certeza de que tu partida estaba próxima revoloteaba como un ave negra en el aire.
Aún peor era mi miedo de que esa agonía se prolongara, erosionara poco a poco los recuerdos de tus mejores días y únicamente quedara en mi cabeza la memoria de verte postrado y ausente cuando, por fin, llegara el final
Vuelvo a esa tarde de finales de agosto de 2010, cuando estaba hincado junto a tu cama, ya con un plazo dado por los médicos, tus ojos estaban entrecerrados, ausentes y yo, muy bajito, más para mí que para ti, te dije “te voy a extrañar”.
Llegó el milagro.
Por un momento regresaste, tus ojos se iluminaron y fuiste consciente por unos pocos segundos, los necesarios para verme con todo el amor que me tenías, apretar mi mano y decirme “no”.
“No”
Días después, te fuiste
Tenías 66 años.
Hoy estoy enojado, no contigo, conmigo.
Tengo 50 años, nunca he estado en un hospital.
Hoy fui a donar sangre y no pude, porque mi presión arterial está muy alta, porque llevo cuatro años sin cuidar de mí, porque no me estoy queriendo lo suficiente.
Y estoy enojado. Me resuenan las palabras de tu rendición.
“Los hombres de mi familia no llegan a los 70 años”
Yo no me voy a rendir…
Y ya.
Gracias
A la Doctoras Dehesa y Álvarez por estar.
Cualquier correspondencia con esta resuelta columna favor de dirigirla a www.angeldehesac.com
Me ayudan mucho compartiéndola, aquí está un enlace para que puedan hacerlo.
35 comentarios
Cómo extraño a tu padre, no podía empezar mi día sin leer la gaceta del ángel, tantas y tantas risa y reflexiones me dejó, hasta que lo pude conocer en persona, en un evento privado para la empresa para la que trabajaba, fue de los mejores días de mi vida, nunca lo olvidaré y su ausencia es ejemplo a seguir luchando por este país que nos tocó vivir . Mis respetos
Te abrazo, querido amigo.
Wow, que diro y que cierto.
Ésa es la palabra: «No». No te rindas. Tú cuerpo escucha. Tú decidiste cuidarte e infringir la sentencia de tu padre.
Vamos, te espera una larga vida.
Mis respetos siempre para tu padre y para ti, Angel. Me movió mucho leer esto. Gracias.
Recuerdo leer con gran entusiasmo y curiosidad su columna, qué historia nos contaría para hacernos sonreír o reflexionar, ameno y ocurrente. Y el hoy toca que no podía faltar. Se le extraña enormemente.
Tienes la sensibilidad humana de tu papá (a quien no conocí pero leí), pero bajo otro ángulo de las cosas. Como una cámara 2 que nos revela otra mirada de algo que ya habíamos visto.
Qué gusto leerte.
Te amo y te disfrutó suyo
A su lado te hiciste bueno. Honremos su memoria y agradezcamos la oportunidad de lo desconocido. El ángel ahora es tuyo, gózalo…
😞
Difícilmente hacemos lo que aconsejamos. Extrañamos también al Charro Negro. Acompañante consuetudinaria de la Gaceta del Ángel. Casi 14 años ya de orfandad. Un abrazo a la familia Dehesa.
Eres el Colima? Leía a tu papá y lo escuchaba en radio fórmula. Su voz de orgasmo decía la Vero Gallardo. En el programa de Máxime siempre hablaban de el y Adriana cuando hacían sus recitales, no recuerdo el nombre del lugar, era muy original como todo lo que se hacia el maestro Dehesa. Saludos sr Dehesa. Luego me dice si es Colima onel tamal de dulce.
¡Ay Angel! Te leí y algo se revolvió en mi mente, corazón y estómago. Leí encefalopatía hepática y recordé a mi madre, recordé a mi padre hablándonos porque se veía perdida. Te leí la falta de cuidado de tu papi y recordé a mi madre y sus temas con el alcohol. Yo también estuve enojada con mi madre y aún no sé si ya trabajé el perdón. ¿Y qué crees? Tú papi y mi mamá fallecieron por las mismas fechas. ¿Qué cosas verdad?. Te mando un abrazo y cuídate!
Me encantó tu publicación, tan sencilla y tan profunda. Dices una gran verdad. Es importante cuidar de nosotros, a pesar de lo que en apariencia esté sentenciado. Abrazo.
Te comprendo, y te mando un abrazo estimado Ángel.
PD: tu papá me enseñó a apreciar una buena lectura y sobre todo el buen humor, el bien hecho. Mis gracias a él, y a ti, siempre.
Siempre fue motivo de felicidad escuchar a tu genial padre, me apena saber del desinterés hacia su persona y me alegra saber de su amor a los que le rodearon…un gran ser humano!
Como médico he tenido la fortuna de escuchar a la Dra Dehesa y, coincido, una gran médico hepatólogo.
Saludos desde Puebla.
Gracias por compartir un pedazo de ustedes. Abrazo Ángel.
Mi estimado Ángel
Te mando un abrazo, tus palabras me han hecho recordar a mi padre que por estas fechas trascendió, sé el día, pero no me gusta recordarlo.
Pero tu texto, me remonto a esos buenos momentos en que mi padre me miraba con ese amor que describiste. Gracias por hacerme recordar.
Caray, gracias por compartir.
Los quiero a todos.
También a mí manera lo extraño y, aunque no me conoces Ángel siente que soy de tu equipo.
Tan es así que refiero a mi casa como mi espacio de piedras y flores.
Cuando llegamos al tercer piso nos acordamos de los excesos que vivimos y queremos recapitular, también aplicamos aquella de “de algo me tengo que morir” es difícil tomar conciencia de que los únicos responsables de nuestra salud somos nosotros. Te deseo que rompas la tradición de la familia y que estés con nosotros muchos años más después de los 70, saludos.
Querido Angelito, cada vez que leo una columna tuya me sorprendo y me sorprendes por la madurez que has ido adquiriendo en la redacción de tus artículos, o será que siempre la has tenido, pero que los temas que abordas tienen una claridad infinita. Te felicito con todo mi cariño, o será que uno es muy sentimental en estos temas y siempre brota una lágrima de sensibilidad. Muchas felicidades
Muy amado don German. Saludos desde Mty
Tan admirable tú como tu padre abrazo cariñoso para los dos
Ángel , siempre seguí , admiré y consumí lo que tu padre nos daba a sus lectores, tu texto me sacó lágrimas, cuanta falta te hace , nos hace y le hace a México, no debemos de repetir los errores de nuestros padres, te abrazo afectuosamente.
Fui un lector de Germán Dehesa, me hacía el día su columna y algunos de sus libros, a la fecha lo recuerdo con mucho afecto.
Tenía una forma única de narrar la realidad.
Si bien creo que a muchas personas nos dolió la partida del maestro Germán de igual manera creo que no sabíamos bien lo que fueron sus últimos días. Esto que compartes con los lectores que disfrutamos de sus libros, de su columna, de sus participaciones en programas de TV y conferencias. Nos conmueve y nos llega, quizá de alguna manera acabo de conectarme con una de sus columnas gracias a lo que acabas de postear. Deseo que logres lo propuesto y sobre todo que puedas dar continuidad al legado que dejó el gran Germán Dehesa al cual en estos tiempos es una de las personas que más se extraña por su crítica y audacia con la pluma. Vaya pues un saludo respetuoso.
Tienes todo en tus manos, para ver un nuevo libro o hacer otro amigo, viajar y comer. Por favor no lo repitas, acabo de perder a mi hija y ella no tuvo oportunidad de que su legado estuviera mas yrazado, y quería cruzar Los Andes, y y y ya no más.
Le mando un abrazo grande. Sé lo que es pasar por ese trago amargo. Sí así mismo.
Lo bueno es que estás a tiempo de recomponer el camino y no rendirte. Estoy seguro que el amor que te tenía tu padre se multiplicará en ti para cuidarte y romper esa frase.
Buen texto, gracias por compartir, una situación parecida con mi papá un saludo desde SLP
Escribes en el Reforma como tu papá lo hacía? Recuérdame los apodos que les tenía a toda la famiia. Saludos y te leo todos los días.
Una columna clara y hermosa. Felicidades, Ángel.
Abrazo solidario. Fui lector, admirador, seguidor y fan de tu papá. Vi todos sus shows, desde Zedilleus y Cardeneus en la calle de Delta, hasta el último en la Planta de Luz. Siempre esperaba al final para saludarlo y abrazarlo. Siempre le pedía que me regalara o su paliacate, o su gorra, o su corbata de los pumas o que me autografiara un libro. Tengo mi colección, ahora, de todas esas cosas de tu padre. El día que tu papá se fue, mi familia y mis amigos me hablaron para darme la triste noticia como si yo fuera un cercano a él, pero sabían que él era muy cercano a mí. Yo también lo extraño mucho.
Te abrazo querido Ángel, también extraño a Germán seguramente como muchos que lo leíamos a diario.
Cuida tu salud, eres muy joven y estoy segura que lo harás.
Es un texto precioso. Siempre se les extraña.
El tiempo que estuvo en nuestras vidas fue maravilloso, lamento mucho su pérdida, yo lo recuerdo siempre con mucho cariño y agradezco que usted lo honre, que bueno que ha decidido cuidarse y seguir su legado, abrazos inmensos y Dios le proteja siempre.