El Ángel de la Gaceta
17 de mayo de 2024
Por Ángel Dehesa Christlieb
Hace falta valor…
Cualquiera que haya tenido una posición de responsabilidad, padre o madre de familia, administrador de un condominio, jefe de manzana o el que organiza las quinielas, sabe que no se le puede dar gusto a todo el mundo y que siempre habrá quien no estará a gusto con sus decisiones.
Imagínate entonces Andrés Manuel, si eres presidente de México y, además, insistes en salir TODOS los días en los medios a vendernos tus ideas, a decirnos cómo vivir, a denostar y violentar a tus “adversarios”, a hacer chistes o a jugarle a la rockola.
“Magínense nomás”, como dices tú.
Habemos muchos que no estamos de acuerdo con tus decisiones, máxime cuando las tomas con el hígado y desde la bilis, cuando las cosas no salen como tú quieres o cuando la realidad y las personas no nos plegamos al papel que nos has asignado en el guion de esta sexenal tragicomedia llamada “cuarta transformación”.
Más te vale, Andrés Manuel, tener la piel muy gruesa.
Si realmente crees que tus acciones son parte de tu difícil labor “por el bien de México” y que tu vocación de servicio deja a Mandela, Gandhi y Luther King a la altura de los tres cochinitos, soporta los cuestionamientos y no andes buscando excusas para evadir tus responsabilidades.
O ten lo que se requiere y admite que haces las cosas porque te da la gana.
Eso no va a pasar.
Eres tan frágil y tan chiquito, que no puedes aguantar que nadie hable mal de ti.
Tomemos, Andrés Manuel, el caso de María Amparo Casar, a la que primero denunciaste muy echado “pa’lante”.
En cuanto te llovió el justificado repudio, te “disculpaste” con la agraviada, instándola a comprender que no era un tema personal, sino el pesado compromiso contra la corrupción que adquiriste para salvarnos a todos.
Compromiso que, sorpresa, te lleva a perseguir únicamente a quienes no estamos de acuerdo contigo.
Hoy volviste a mostrar documentos confidenciales con el sueldo de María Amparo diciendo, sin ningún pudor, que estaban en la página del SAT.
¿Y Rogelio Ramírez de la O de Hacienda y Antonio Martínez Dagnino del SAT por qué te permiten acceso a esos datos confidenciales?
¿Y el secreto fiscal que es una ley que los tres JURARON obedecer?
Están también las madres buscadoras, los padres de Ayotzinapa, la familia LeBarón, Javier Sicilia y tantos más a los que has ignorado por “proteger la investidura presidencial”.
Andrés Manuel ¿quién protege a la investidura de ti?
Sabes que a todas estas personas y a muchas más nos has quedado a deber y temes darnos la cara.
Y la de hoy.
Tu intento de esconder la bandera del Zócalo, las explicaciones que te sopló Jesús Cuevas acerca de que “era para protegerla de provocaciones” y, finalmente, tu concesión, con aire de perdonavidas, de “cumplirnos el deseo” de izarla el domingo.
NO es tuya, Andrés Manuel.
Tú NO eres México, Andrés Manuel
Vamos a ir a NUESTRO Zócalo las veces que nos dé la gana, no importa si pones vallas, o acampan maestros o se te retuerce el hígado.
Por más gritos que des, por más berrinches que hagas y por más que te victimices, nunca vas a llegar a ser lo que solo tú te crees que eres.
Andrés Manuel… te falta valor
Y se nota.
Y sabes qué también, Andrés Manuel
Hoy toca.
Cualquier correspondencia con esta columna que no quiere caer bien favor de dirigirla a www.angeldehesac.com
Si les gusta, compártanla y me ayudan mucho, yo escribo para que me lean, les dejo un enlace por si me quieren compartir en sus plataformas.
2 comentarios
Muy buena columna.. fui un gran admirador de tu padre
Suscribo Ángel, los símbolos patrios son nuestros y hay que defenderlos de un don nadie que se los quiere apropiar!