Así decían los habitantes de Burgos en el “Cantar del Mío Cid”, cuando Rodrigo Díaz de Vivar se encamina al destierro, al cual fue condenado por pedir cuentas al Alfonso VI, rey de Castilla y León, acerca de su posible participación en el asesinato de su hermano, Sancho “El Fuerte”.
Tal cual nos pasó ayer a quienes salimos a votar por una “oposición” que durante cinco años no se dedicó más que a mirar como los morenistas imponían, de la manera que fuera, su visión de país y cuyo nivel de política se limitó a llevar casitas de Legos al Congreso y a vociferar discursos estridentes con un rosario en la mano.
Fueron como ese niño al que le dan dos meses para hacer una tarea y pretenden terminarla el domingo antes de la entrega del lunes. Fueron incapaces de admitir que tenían que mejorar, nunca se dedicaron a recorrer el país haciéndose presentes con aquellos que no tienen internet ni teléfono celular.
A pesar de haber sido aplastados en el 2018, no juzgaron necesario cambiar su fórmula, ni renovar sus cuadros, ni darle una patada en las nalgas a quienes, a todas luces, eran unos delincuentes de cuello puerco o, simplemente, unos incompetentes con colas largas que les impedían una resistencia efectiva contra la aplanadora guinda.
Xóchitl, quien para muchos no era la “candidata ideal”, tenía además un lastre imposible de superar con la carga que suponían los facinerosos de los cuales aceptó rodearse, pero, por lo menos, puso su nombre, físico y cargo político en la línea.
¿Qué arriesgaron Alito, Marko, Jesús y demás impresentables que, ganaran o perdieran, tenían ya apalabrado su curul en el senado, su diputación o su puesto en el partido para seguir cobrando mientras hacían campaña con un dinero que nosotros les pagamos?
¿Con qué cara nos pidieron a los ciudadanos salir a las calles y arriesgarnos a expresar abiertamente nuestro descontento contra un régimen que no tiene reparo en perseguir y hasta desaparecer a quienes levantamos la voz cuando ustedes no arriesgaron NADA?
Pasara lo que pasara, los impresentables ya estaban armados.
Mañana Alito y sus cuarenta ladrones recibirán las migajitas de poder a las cuales están tan apegados y, mientras, los ciudadanos de a pie, nos vamos como el Cid, al destierro y a la incertidumbre, pero, a diferencia de Rodrigo Díaz de Vivar y Alfonso VI, ustedes no son nuestros soberanos, ni tendremos empacho en sacarlos a patadas, esta vez sin red en el trapecio.
Les faltó mucho.
Yo estoy orgulloso de haber participado en las elecciones con mayor cantidad de votantes en mucho tiempo, hice lo que me tocaba hacer y continuaré haciéndolo.
Los ciudadanos cumplimos y cumpliremos, pero aquellos a los que, por falta de otras alternativas, nos vimos forzados a apoyar no estuvieron a nuestra altura.
Y de todas maneras les seguiremos pagando.
Y más de uno “verá la luz” y se aliará con el régimen con tal de conservar su cargo y fuero, de mí se acuerdan.
Toca construir una nueva oposición, sin ellos.
No pudieron, ya no estorben.
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Me ayudan mucho compartiéndola, es importante unirse ya para resistir, les dejo un enlace para ello.