El Ángel de la Gaceta: Carta abierta

El Ángel de la Gaceta

7 de junio de 2024

Por Ángel Dehesa Christlieb

Estimada doctora Claudia Sheinbaum Pardo

Ya no quiero vivir enojado, ni que la narrativa nacional se base en la intolerancia, en el odio y en la desconfianza.

Declaro, unilateralmente, un cese a las hostilidades y conste que no lo hago porque soy muy bueno, ni porque me hayan llegado al precio.

Lo hago desde la convicción de que a nadie beneficia vivir en una sociedad fragmentada por la ira, lo hago porque creo que un proyecto de país fundamentado en la furia nunca podrá concretarse.

Lo hago porque alguien tiene que dar el primer paso para comenzar a remendar el tejido social, que hoy parece falda de hawaiana.

Doctora Sheinbaum, como dijo el nudista, le voy a hablar a calzón quitado.

Yo no voté por usted.

De frente se lo digo.

No porque le vaya a quitar el sueño ni mucho menos.

Se lo digo para jugar con cartas abiertas.

Considero esencial e imprescindible denunciar y exigir que se sancionen las claras violaciones que se dieron a la ley electoral con el uso de recursos públicos, los actos anticipados de campaña y un presidente que metió las manos cuanto quiso.

 Coincidirá conmigo en que la impunidad no beneficia a nadie.

Esto dicho, estoy consciente de que la mayoría creyó en usted y en su proyecto.

Felicidades.

Así es la democracia y me congratulo de en México la haya, aunque debo decirle también que no es bueno para nadie que una sola persona concentre todo el poder.

Pero es lo que hay.

En su discurso de aceptación mencionó la concepción de un México plural y la conciencia del deber que tiene, como presidenta de TODOS los mexicanos, de velar por los intereses y los derechos de quienes tenemos una visión diferente a la suya.

Me da gusto porque se vislumbran tiempos difíciles.

El momento es de sumar, no de dividir.

A nadie beneficia la obediencia ciega y la ausencia de crítica.

Celebro ver en su gabinete a personas que me hacen pensar en su ruptura con el “90% de lealtad y 10% de capacidad”.

A algunos los conozco personalmente, como a Susana Harp, a Juan Ramón de la Fuente o a David Kershenobich y me consta su competencia y calidad humana.

Con otras de sus opciones no coincido plenamente, pero reconozco que, a diferencia de muchos en este sexenio, tienen credenciales y preparación para ocupar los cargos que les ha asignado.

Esto me habla de usted como alguien que reconoce que hay cosas que no sabe, pero tiene la inteligencia y humildad de rodearse de expertos que la pueden asesorar.

Ojalá los escuche y tome decisiones basadas en evidencias y no únicamente en dogmas ideológicos.

Es usted la primera mujer presidente de un país notoriamente machista y, por lo mismo, no voy a ser tan machista de decirle lo que “tiene” que hacer.

Creo, sin embargo, que la mayoría sin precedentes que obtuvo en las urnas le da la oportunidad histórica de reventar la nociva creencia de que, si una mujer llega a un puesto de mando, es porque un hombre la puso ahí.

Para ello, después de agradecerle su cooperación creo que haría bien en tomar una sana distancia de López Obrador y espero, la verdad sin mucha fe, que él se haga a un lado cuando le toque.

Si no es así, dependerá de usted, con la legitimidad que le otorgan los votos recibidos, hacer lo conducente.

Le tiendo la mano, no como adicto incondicional, pero sí como ciudadano consciente y respetuoso de la democracia, incluso cuando no favorece a los candidatos por quien yo voté.

Le ofrezco observar, cuestionar y pedir cuentas, pero también cooperar y arrimar el hombro para que en mi país puedan convivir y prosperar muchas visiones agrupadas en un solo corazón y concebidas no desde el odio, la ira y el recelo, sino desde el amor a México.

Un abrazo.

Saludos a su marido y recuérdele que…

HOY TOCA.

Y con la presidenta, nada menos.

Cualquier correspondencia con esta conciliadora columna favor de dirigirla a www.angeldehesac.com

Me ayudan mucho compartiéndola, les dejo un enlace para ello.