Se me hizo fácil: área 51

 

 

Se me hizo fácil

17 de diciembre de 2024

Por Ángel Dehesa Christlieb

Área 51

Según dicen los que dicen que “saben”, el Área 51 es una instalación secreta del gobierno norteamericano, ubicada en el desierto de Nevada, en la cual se almacenan e investigan las evidencias de visitas y contactos extraterrestres a nuestro planeta.

No sé si es cierto o no que los marcianos llegaron ya, bailando ricachá, reggaetón o valsecitos criollos.

Lo que sí sé es que, a partir de hoy y hasta el próximo 17 de diciembre, un servidor está entrando en su propia Área 51, que son los años que hoy cumplo.

Mi Área 51, igual que la de Nevada, está llena de retos que resolver y enigmas que descifrar, algunos de mi propia creación y otros que la vida me plantea y es por eso que hoy, en la mañana de mi cumpleaños, quiero hacer un inventario de los activos y pasivos que tengo en mi cuerpo, en mi mente y en mi espíritu para vivir, para enfrentar y, en lo más posible, para gozar de lo que venga en los 51 y más allá.

Tengo un cuerpo que requiere atención y mantenimiento, con un nivel de sobrepeso que no es saludable, al cual le agradezco porque, durante más de medio siglo, me ha mantenido sin una sola visita al hospital, pero sé que eso puede cambiar en cualquier momento.

Lo pondré en forma (no de pelota), en el menor tiempo posible, sin que esto signifique un sacrificio, sino una inversión de lo más rentable.

Entiendo que el “hacer” lleva al “ser” y no al revés.

A mi edad y a cualquier edad, es mucho más productivo ocuparse de actuar que de ser, no quiero que mi supuesta “identidad” determine mis acciones, quiero que mis acciones determinen mi identidad.

Si de antemano decido que “soy” y no que “estoy”, me cierro a mí mismo el camino para buscar mejorar y cambiar aquello que no me gusta de mí o de la situación en la que me encuentro.

No quiero definirme por mis errores, por mis “defectos”, por lo que no he logrado o lo que otros piensen que soy o no soy.

Quiero vivir en armonía con los demás, pero también entiendo que podemos pensar diferente, que las realidades son distintas o que, simplemente, hay personas malas en este mundo, por lo que el desvivirme (dejar de vivir para mí), para que otros estén a gusto o me aprueben, o me quieran es una tarea estéril que no me llevará a nada más que a la frustración.

No la quiero.

Me permitiré los errores siempre y cuando los utilice como plataforma de aprendizaje y no como piedra al cuello.

La culpa no sirve, la responsabilidad sí.

Trabajaré para dejar atrás las deudas, financieras y afectivas, haciéndolo de la manera menos dolorosa posible, porque “afrontar las consecuencias” no es equivalente a “sufre lo más posible”, no importa qué tan rentable y mexicano pueda parecer el tirarse al drama.

Pondré límites y diré lo que pienso y siento, de manera constructiva, sin afán de imponer mi punto de vista, sino de llegar a acuerdos, incluso cuando esos acuerdos impliquen un desacuerdo.

Me tomaré la vida “humorosamente” en serio, el reír alegra el alma y aleja el miedo, el llorar o angustiarme solo fomenta la parálisis y el pánico, resulta contraproducente y me lleva cada vez más cerca del infarto.

Con esas armas y convicciones me internó desde hoy en el Área 51, con una sonrisa y lleno de agradecimiento por todo lo que he vivido y con muchas ganas de conocer a los extraterrestres, monstruos y criaturas que me esperan para enseñarme, divertirme y ayudarme en mi decisión de estar sano y ser feliz.

Feliz cumpleaños a mí.

Feliz vida a mí

Gracias a ti por estar.

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