El Ángel de la Gaceta
22 de abril de 2024
Por Ángel Dehesa Christlieb
Thelmo and Luis
Los viajes por carretera me gustan mucho, desde pequeño mis tíos y abuela me llevaron a Cuernavaca, a Morelia y Pátzcuaro, a Acapulco, a Veracruz, a Querétaro.
Hoy ya no es tan fácil viajar por mi país, muchas carreteras están en mal estado o tomadas por quienes me esperan para darme balazo y/o abrazo, según de qué humor amanezcan.
A pesar de ello, encuentro que el camino, más que el destino, me da la oportunidad de platicar, sincerarme, recordar y re-conocer a la gente que quiero.
Hoy el camino en cuestión fue la carretera de Dallas a Corpus Christi, que, en términos de distancia, está pasando el rancho de AMLO, pero más adelantito.
La compañía fue la de mi primo Vicente, quien es como mi hermano mayor y, desde hace más de cuarenta años, es parte de esos millones de mexicanos que han migrado a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
Por cierto, señores del INE México, Rocío, mi prima-cuñada y Santiago, mi sobrino pidieron su credencial para votar en tiempo y forma y, oh sorpresa, no les ha llegado y pos ya no les va a llegar ¿verdad?
Me imagino que están muy ocupados diseñando el escenario y el formato para el próximo debate, se los encargo mucho, porque los del anterior parecían producto de una mente bajo los efectos de un cóctel de fentanilo, enjuague bucal y charanda el Diablito.
Retomo el camino, no sé si el salitroso soy yo, pero nomás aterrizar en Dallas, la ciudad pasó de un sol esplendoroso a lluvias huracanadas que hacían el camino menos visible que la viabilidad del AIFA, la mesura de Lili Téllez o la honestidad de Alito Moreno.
Mi primo condujo durante un trayecto de seis horas, con parada para comer en Austin unos tacos que, al estar hechos con todas las normas de higiene de este país, saben bien, pero se pierde la fuerte emoción de estar jugando volados con la Helicobácter pylori, la Escherichia coli o el virus de la hepatitis A.
El sol salió y llegamos al recinto donde ZZ Top y Lynyrd Skynyrd nos deleitarían con lo mejor de su repertorio.
Billy Gibbons, a sus 74, le sigue rascando a las seis cuerdas con la maestría de quien lleva toda una vida haciendo lo que ama y los Skynyrd, aunque ya se nos adelantaron todos los originales y los que quedan son de una rodada comparable al gabinete original de AMLO, tocan sus instrumentos y entonan “Free Bird” y “Sweet Home Alabama” con la maestría de Bartlett para evadir la rendición de cuentas y con la enjundia de Luisa María Alcalde para convencernos de darles nuestras AFORES… espérate sentada.
Además del disfrute musical, sentimos un inesperado estímulo al ego al ver que constituíamos las fuerzas básicas del evento.
La mayoría de los asistentes aparentaban haber tomado parte activa en momentos claves de la historia americana, como la declaración de independencia, la toma del Álamo y, ya los más jóvenes, el ataque a Pearl Harbor.
Cuando se perdió el rumor de las andaderas en la distancia y los asistentes se acabaron el último Ensure con Budweiser, nos dirigimos al hotel, donde presenciamos el triunfo de los Pumas sobre las Águilas, el cual me permitirá cobrar fuertes cantidades para sufragar los gastos de este viaje.
Mañana regreso a México, procuren que siga ahí.
Cualquier correspondencia con esta caminera columna, favor de dirigirla a www.angeldehesac.com
Para quienes me han preguntado cómo pueden ayudarme a llegar a las páginas o pantallas de un medio, compártanla, por esta red social o por la que gusten, aquí les dejo un enlace para hacerlo…
1 comentario
Buen viaje , pus a que fuiste fueron como 48 horas c?