El Ángel de la Gaceta
25 de abril de 2024
Por Ángel Dehesa Christlieb
Vino el Miedo
No sé si a ustedes les pasa, pero aquí a su muñeco, de vez en cuando, al amanecer, me da una sensación como de que alguien colocó en mi pecho algo que pesa como todo el cinismo y falta de vergüenza de nuestra clase política.
Esta mañana fue una de esas
Empecé a respirar como Darth Vader sin su inhalador y mi mente comenzó a crear escenarios funestos, que iban desde el inminente embargo bancario hasta la certeza de que Máynez estaba debajo de mi cama, con pijama de ositos y su sonrisa de guasón drogado.
Según sé, esto de la ansiedad y el pánico es cada vez más común.
Quién sabe por qué, si vivimos en un país donde al presidente le da risa que acribillen paramédicos, donde las campañas políticas se basan en aterrorizar al votante sin ofrecerle propuestas, donde la realidad sangra más que una película de Viernes XIII y las noticias se encargan de restregárnoslo en alta definición y en el horario que más nos convenga.
En mi caso y después de varios años de terapia y estudios sobre cómo encontrar la felicidad (no se puede, pero eso se los explico luego), me di cuenta de que mi ansiedad y pánico vienen del terror a no ser suficiente, a que las cosas no me salgan, a no poder ser lo que yo quiero ser.
Si a alguien más le pasa, me encantaría que me dejaran un comentario por ahí.
Por eso me tardé tanto tiempo en decidirme a escribir, o le di largas y largas al querido Virulo, que me buscaba para hacer un espectáculo juntos en homenaje a mi papá, que, por cierto, nos está quedando chulo, ya mero, ya mero.
La cosa es que, si hay algo que tengo muchas ganas de hacer, mejor no lo hago porque, mientras solo sea una idea, puedo aferrarme a ella como diputado a su bono, pero si elijo llevarlo a la realidad, seguro no me va a salir y entonces ya no voy a tener ni la ilusión.
¿Les suena lógico?
A mí tampoco, lo lógico sería pensar “si lo hago, igual sale mal, pero también puede salir bien, si no lo hago seguro no sale y total, si lo hago y no sale bien, aprenderé cómo hacerlo mejor la próxima vez”.
Pero la mente humana siempre pone lo negativo por delante porque está cableada como una madrecita mexicana, de esas que te dicen que te lleves suéter, no importa que estemos a 34 grados en la sombrita.
Todo esto para decirles que, esta mañana, así estaba yo en mi cama, resollando, sintiendo que me hundía, con el pecho oprimido y pensando que ahí me quedaba.
Cuando, primer milagro, suena mi teléfono y es mi tía Mercedes Christlieb, que me llamaba para darme las gracias por una cobijita que le mandé a su nieto, quien está por ingresar a las filas de los nacidos.
Después de colgar con Mercedes, me escribe una amiga, a la cual daré a conocer como “el hada pelada”, ella sabe por qué, para concretar una cita para una lectura de Tarot y me dijo algo que les paso al costo, como dicen los regios, por si ocupan: “si haces algo de corazón… sea cual sea el resultado, no puede salir mal”
Y aquí estoy.
De corazón, gracias…
Cualquier correspondencia con esta agradecida columna o si un día, como a mí, se les aparece la pachona en camisón y requieren apapacho al corazón, escríbanme por www.angeldehesac.com
Les agradezco también si comparten esta y mis otras columnas, por la red o plataforma que gusten, ahí les dejo un enlace para que me hagan el favor…
1 comentario
Si, he sentido esa angustia, esa sensación de no ser suficiente, de que algo falte siempre. Aunque te aclaro que ahora, que ya cumplí 70 me empieza a importar poquísimo.
Gracias por escribir.