El Ángel de la Gaceta
26 de abril de 2024
Por Ángel Dehesa Christlieb
El Erizo come-amparos
Federico Reyes Heroles, uno de mis maestros en la UNAM, nos advertía, a través del ensayo “El Erizo y el Zorro” de Isaiah Berlin, acerca de lo peligrosa que es la gente que tiene UNA idea de cómo el mundo debería ser y, para defender su punto de vista, se enrosca como el erizo, con las espinas apuntado hacia el exterior, descalificando cualquier otra visión que no sea la suya.
¿Y si la visión del erizo no es la correcta?
¿Y si sí es correcta, pero puede enriquecerse con otros puntos de vista?
¿Y si otras personas eligen no compartirla?
Nanay, es esa y solo esa y, como dicen los beisboleros, “alégale al ampáyer”
Leo acerca del avance de la reforma propuesta por MORENA para limitar los alcances del Juicio de Amparo, un encarguito del inquilino de Palacio el cual, en una actitud de lo más “eriza”, no admite cuestionamientos.
Como dijo el cocodrilo en la fábrica de carteras, “estoy inquieto”.
¿En qué momento decidimos que nuestros gobernantes tienen que ser infalibles y que debemos de votar por quien se ostente como tal?
La posibilidad de equivocarnos es la herramienta más eficaz para crecer, evolucionar y mejorar.
El error es el gran detonador de la transformación y yo me pregunto…
¿Cómo alguien que no está dispuesto a transformarse a si mismo pretende transformar a un país?
Claro, no basta con solo SABER que podemos equivocarnos, menos cuando ocupamos puestos de poder y nuestras equivocaciones, si no cuentan con mecanismos para su análisis y corrección, afectan la vida de millones de personas.
La figura del amparo representa el reconocimiento por parte del ESTADO de que sus representantes pueden equivocarse, además de la voluntad de corregir esa equivocación dotando a los INDIVIDUOS de una herramienta que NOS permite COOPERAR para corregir errores y minimizar sus efectos.
En otras palabras, reconoce que los gobernantes son HUMANOS, no espinosos, divinos y pétreos ÍDOLOS que no admiten réplica.
Y nos otorga a otros HUMANOS, como tú y como yo, el poder y la RESPONSABILIDAD de involucrarnos en las decisiones que nos afectan directamente y aportar lo que creamos conveniente para ser tomado en cuenta.
Es decir, es parte de un sistema que fomenta la creación de CIUDADANOS y no de CLIENTES.
¿Puede ser mal empleado y puede mejorarse? SÍ
¿Esas mejoras incluyen suprimirlo o someterlo a la voluntad de un solo individuo o colectivo? No.
Yo prefiero involucrarme como ciudadano, aunque a veces resulte difícil, cansado y hasta molesto, a ser un cliente al que, tentadoramente, le dicen “tú déjame toda la responsabilidad a mí, porque yo no me equivoco y tú, entre menos voltees para acá, mejor.”
¿Y tú?
¿Charlatán?
Esta columna cumple dos semanas y estoy de manteles largos.
Agradezco a todos aquellos que ya me seguían y me leen, que me han empezado a seguir y a quienes comparten mis palabras en sus redes y plataformas, síganlo haciendo, por favor.
Aprecio sus comentarios, a favor y en contra.
Gracias al que me llama “charlatán” por mi uso del Tarot como herramienta terapéutica y fuente de ingresos.
Si a alguno de ustedes les interesa saber cómo uso el Tarot y otras técnicas como el coaching, la ciencia del bienestar y la programación neurolingüística para ayudar a mis clientes a mejorar su vida y para ganarme la propia, den clic aquí.
Pregunte sin miedo, ojalá se animen a trabajar conmigo.
HOY Toca
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1 comentario
Te leo y me gusta hacerlo.