El Ángel de la Gaceta : Ella quería vivir

El Ángel de la Gaceta

29 de mayo de 2024

Ella quería vivir

Por Ángel Dehesa Christlieb

Nota- Este texto lo escribí en 2018 y se publicó en una página que ya no existe, lo rescato y se los comparto, porque me es entrañable, Casi sigue conmigo, vivita, coleando, fregando y disfrutando.

Casi es mi niña adorada.

No sé dónde nació, ni cuándo, ni quiénes son sus padres

Imagino que pasó los primeros ¿tres años? de su vida en el Ajusco, donde la encontraron, flaca, hambrienta y cubierta de sarna entre los puestos, buscando calor, comida y… aunque seguramente recibió más patadas que caricias… contacto humano.

A mi teléfono llegó en una foto, de tantas y tantas que manda mi amiga Josefina, dedicada en cuerpo, alma y cartera al rescate y colocación de perros y gatos abandonados por la irresponsabilidad de la “especie dominante”

Debo confesar que, la verdad, eran (y son) tantos los mensajes de “busco casita” que ya la tenía en silencio porque, además, yo y tengo ya un perro adoptado, “Fireball”.

La vi y la quise, no sé por qué.

Hicimos los trámites pertinentes, Fireball subió a convivir con ella, se llevaron bien y llegó una tarde a mi casa.

Fireball y Casi se volvieron hermanos del mismo padre y distinta madre, corrían, subían, bajaban y se fregaban el uno al otro.

Sería un muy buen final y uno pensaría que Casiopea, la dobermann “pinche” (que no pinscher) del Ajusco tenía las estrellas de su lado.

Pero falta.

A los tres meses, por un viaje de fin de semana, dejé a Casi y a Fireball en la pensión de Josefina (petconcepts.com.mx), el viaje se canceló, pero preferí dejarlos ahí para que se distrajeran un poco.

Me llamó Josefina, me explicó que Fireball volvía a casa, pero Casi no, porque tenía un sangrado y, por estar esterilizada y dado el tiempo que pasó en la calle, lo más seguro era TVT (tumor venéreo transmisible).

Si se confirmaba el diagnóstico y no se trataba, el tumor se extendería hasta ocasionar la muerte de Casiopea.

Se requerían análisis, operación y quimioterapia.

Me quedé frío, fui por Fireball que llegó a la casa contento por estar ahí, pero extrañado y triste de no ver a su hermana.

Me asusté, lloré, me atormenté.

Pensé después en todo lo que había tenido que pasar para que a Casiopea le detectaran el sangrado precisamente en el lugar donde podían sacarla adelante (Pet Concepts… Josefina pagó todo), me aferré a creer que no podía ser en vano.

Quise… necesité comprender que, aunque ocurriera lo peor, el más afortunado era yo, por haber tenido la oportunidad de hacer algo por Casi que, hasta hacía unos meses, luchaba por su vida en el Ajusco.

Análisis, operación y dos de ocho sesiones de quimioterapia más tarde, Casi está en casa, sana.

Yo estoy feliz.

Fireball y ella también.

Ella quería vivir.

Donaciones en www.petconcepts.com.mx

Cualquier correspondencia con esta reciclada y canina columna

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