El Angel de la Gaceta: encontrar mi voz

El Ángel de la Gaceta

21 de junio de 2024

Por Ángel Dehesa Christlieb

Encontrar mi voz

Esta semana las voces se han hecho presentes en mis letras.

Comencé el lunes con la columna dedicada a Carmela Rey y Rafael Vázquez, dos de las voces más recordadas y reconocibles de la música en México, seguido de un urgente y enojado exhorto a los miembros del partido en el poder que se encuentran en funciones o lo estarán en la próxima legislatura, para que levanten la voz ante los despropósitos propuestos por el presidente, al cual no le deben ningún tipo de obediencia y, finalmente, ayer jueves recordé, gozosamente, a la voz de Fernando Von Rossum por el anuncio de su ingreso al Salón de la Fama de la NFL.

Hoy Virulo y yo tenemos nuestras últimas dos funciones (completamente llenas) de “De Herencias y Querencias: Recordando a Germán Dehesa”, en la Librería Gandhi, en un ejercicio de amor que marca también la admisión, por mi parte, de que puedo leer los textos de mi progenitor sin preocuparme de vivir “a su sombra”, porque mis palabras son dichas y escritas desde mi voz y mi responsabilidad.

El 1 de julio estaremos en el Teatro Bar el Vicio con una función especial por el cumpleaños de Germán y, posteriormente el 13 de julio, en el Foro del Tejedor, los boletos ya están a la venta.

Aún me falta práctica y trabajo con mi mismo, con mis dichos y escritos para encontrar y definir una voz propia, quizá en la búsqueda esté el destino, porque mi voz cambia según mis experiencias y aprendizajes, con cada lágrima, con cada beso y con cada sonrisa que llega a mis labios.

Sé que no es malo tomar prestadas, como fuente de inspiración, las voces de aquellos que vinieron antes que yo, sea por generaciones o por siglos, porque nadie nace sabiendo hablar y no aprenderá si no está, primero, dispuesto a escuchar lo que tienen que decir sus mayores, no desde una ciega reverencia, sino con ánimo de aprender y construir.

Reconozco también el valor del silencio, de la calma que trae el no hablar y escuchar con atención indivisa, porque solo así entiendo a mi prójimo y puedo saber, a través de su lengua, lo que puede mejorar en mí.

Ofrezco disculpas a quienes, en algún momento de mi vida, no supe o no quise escuchar y  haya sido dañados por mi indiferencia, ignorancia o maldad.

Pocas han sido, creo yo, las veces que he levantado mi voz con intención de hacer daño y mucho más han sido las ocasiones en las que mis dichos buscan acariciar, curar y restañar la sangre a las heridas abiertas, porque creo que una palabra amable, dicha o escrita en el momento justo puede salvar, incluso, la vida de una persona.

Seguiré en pos de la palabra conveniente, que no correcta, para cada uno de los momentos que me queden de vida y me rodearé de aquellos cuyas frases, poemas, cantos y textos enriquezcan mi vida y me inspiren a crecer.

Gracias por leerme, por escucharme y por estar.

Alzo, finalmente, la voz para recordarles que

HOY TOCA

Cualquier correspondencia con esta elocuente columna favor de dirigirla al www.angeldehesac.com

Me ayudan mucho compartiéndola con el siguiente enlace.

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