Se me hizo fácil: Derrota al impostor

Se me hizo fácil…

25 de julio de 2024

Por Ángel Dehesa Christlieb

Derrota al impostor

Si buscas “síndrome del impostor” en el diccionario, seguramente encontrarás mi hermosa cara en las páginas interiores.

Parte por la educación recibida y parte porque, como a cualquier persona, las cosas no siempre me salen como yo quiero, he desarrollado una muy íntima y, por momentos, demasiado cómoda relación con el miedo, la angustia y la adversidad, al grado de que, si no la estoy pasando mal… no la paso bien.

Si esto les suena complicado a ustedes que lo leen, imagínense a mí, que lo he vivido durante años, años en los que no me permití disfrutar de lo bueno que me ocurría e incluso lo saboteaba porque, de esa manera, tenía una (falsa) sensación de control.

Si de todas maneras se iba a terminar o yo lo iba a echar a perder, pues mejor hacerlo en mis términos y cuando yo quisiera.

Muchas de mis relaciones terminaron por

esta manera de pensar, descuidaba relaciones, abandonaba objetivos e incumplía compromisos, no importa si eran conmigo mismo o con otras personas.

Cuando vives el suficiente tiempo de esta manera, la sensación de no ser suficiente, de ser inadecuado, de “SABER” que nunca vas a cumplir las expectativas, reales o imaginarias, se vuelve cotidiana y así comienza la espiral descendente del impostor.

A raíz de la infundada certidumbre de no ser suficiente, comienzo a actuar de manera que dicha certidumbre deja de ser infundada y se vuelve una realidad tangible.

Es lo que los estudiosos de la mente y sus procesos llaman “la profecía cumplida”:

Paso 1: Me convenzo de que algo malo va a pasar

Paso 2: Empiezo a actuar, consciente o inconscientemente, para asegurarme de que mi miedo se cumpla.

Paso 3: Una vez cumplida la misión de echar a perder lo bueno, me quejo y mi victimizo porque mi profecía se cumplió.

Paso 4: Repito ad nauseam.

¿Qué pasó para que me decidiera a romper ese patrón tóxico?

Una pandemia que, dentro de todo lo malo que trajo, calmó la necesidad de juzgar y juzgarme y la combinó con la necesidad de buscar una fuente alternativa de ingresos,

Comencé a estudiar el Tarot y, por ahí de septiembre de 2020, empecé a hacer lecturas por zoom, cobrando 30 pesos.

¿Me preocupaba el qué dirán?

Un poco, pero me di cuenta de que lo hacía bien y de que, al combinarlo con mis conocimientos (certificados) de coaching, PNL y psicología positiva, logré crear una manera nueva de ayudar a las personas, no adivinándoles el futuro, sino impulsándolas a tomar el control de sus vidas, a cultivar hábitos que resulten en felicidad y a hacerse responsable de sus decisiones.

Y lo puedo hacer con o sin tarot.

Si estás interesado en trazar la ruta para cumplir una meta, te puedo ayudar.

Si quieres investigar y eliminar las creencias, mentales o emocionales, que te impiden actuar para estar bien o que sustentan tus malos hábitos, te puedo ayudar.

Si deseas conocer y utilizar las herramientas que te abren la llave de la conciencia, la aceptación y la felicidad, te puedo ayudar.

¿Cómo puedo garantizar mis métodos?

Porque los aplico en mí mismo y, la mayoría del tiempo, soy feliz y, cuando tengo momentos difíciles, me mantengo feliz porque mi respuesta ante ellos es mucho más productiva que antes y, sobre todo…

Hoy estoy seguro de que, si las cosas van bien, es porque así tienen que ir y, en lugar de preocuparme de si me lo merezco, me ocupo de hacer lo posible porque así se mantengan y, cuando se terminen, estoy seguro de que vendrán más. 

Si esta columna te resuena y quieres saber cómo puedo ayudarte a vivir mejor, entra a www.angeldehesac.com y mándame un mensaje con el botón de whatsapp o déjame un comentario aquí y me comunico contigo.

Me ayudan mucho compartiendo esta columna, les dejo el enlace para hacerlo.

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