Se me hizo fácil: monday blues

Se me hizo fácil

en 19 de agosto de 2024

Por Ángel Dehesa Christlieb

Monday blues

A mí, como a muchos, los lunes me cuestan trabajo.

Tengo 50 años, el camino de vida de mi generación era el de entrar a laborar en una empresa (pública o privada), con seguro y prestaciones y permanecer ella durante años y años para, después de una vida dedicada a la compañía, retirarse con una pensión, a ver crecer las flores y a disfrutar de los nietos.

No sigo esa ruta desde hace casi 10 años, más obligado por las circunstancias que por deseo propio, el último trabajo (y sueldo) fijo que tuve fue en un despacho de comunicación estratégica, del cual salí por acoso laboral y salud mental.

El Monday Blues, por lo tanto, es para mí de un “azul” más intenso.

No solamente se acaba el fin de semana, tampoco existe una certidumbre de que la que llega venga con trabajo, además de que existe la necesidad de imponerme una disciplina propia, porque resulta tentador el impulso de pasar todo el día empijamado y sin bañar.

Aunque hay quienes ven el aislamiento y la soledad del home office como una bendición (sí tiene ventajas), lo cierto es que los seres humanos somos más felices cuando tenemos oportunidad de interactuar con otros de nuestra especie, aunque sean americanistas.

Muchos días me he sorprendido a mí mismo con la tentación de emular a Tom Hanks en “El náufrago”, pintarle ojos a una sandía y comenzar un diálogo con ella para evitar volverme loco, no sé si la llamaría “Wilson” o me inclinaría por un nombre más autóctono, como “Yeidckol”.

Los de mi edad y condición que, a estas alturas, no hemos logrado colocarnos en compañías establecidas o a quienes, después de muchos años de trabajar en algún lugar, les dan las gracias por “recortes”, “reacomodos” o “cambios en el mercado”, no tenemos de otra más que inventarnos chambas, chambitas y chambotas, de acuerdo a nuestras habilidades particulares y a las cambiantes necesidades del mercado.

Esto me lleva a ser, en cinco días hábiles y el domingo, coach de vida, intérprete de tarot terapéutico, predictor de resultados deportivos para Récord (he acertado todas), actor en espectáculos teatrales, guionista de contenidos digitales para Fundación Carlos Slim y para el lanzamiento del año fiscal de AMWAY, además de escribir esta columna cada día, generar contenido para mis redes y ser guapo.

Es mucho trabajo y agradezco tenerlo, pero, en muchas de mis labores no hay un sueldo garantizado, en otras, tarda semanas o hasta meses en llegar y mientras los gastos se acumulan.

Con estos días de lluvia, más bien tristones, mi “Monday Blues” ha ido en aumento, con la agravante de que, no importa que tan tarde o temprano me haya acostado el día anterior, a las 7:30 la cama me escupe, me entra una enorme ansiedad, comienzo a soñar locuras y prefiero salirme a caminar.

Tengo miedo a la incertidumbre económica.

Agradezco la oportunidad de aprender cada día, además de compartir las herramientas para provocar la felicidad que he descubierto, estudiado y pongo en práctica en mi propia vida, con todos los que las necesiten.

A todos lo que se han animado, gracias por confiar en mí y permitirme cumplir mi propósito de vida: ayudar a otros a estar mejor de lo que están.

Pronto ofreceré algunos talleres sobre temas interesantes como romper creencias, poner límites, manejar el tiempo de manera inteligente y cómo incorporar tu pasión a tu labor diaria, además de los procesos de acompañamiento para vivir una vida mejor que ya le han funcionado a muchas personas, si les interesa, estén, como el colgado, muy pendientes.

Hoy, sin embargo, tengo Monday Blues, muy azul, así que manden apapachos.

Cualquier correspondencia con esta pitufante (azul) columna favor de dirigirla a www.angeldehesac.com

Les dejo el enlace para que la compartan, saludos.

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