Se me hizo fácil
11 de septiembre de 2024
Por Ángel Dehesa Christlieb
Hola, papá
Espero que la estés pasando bien en el cielo, mirando la NFL y a tus Diablos Rojos en una tele gigante en las nubes, mientras te tomas un whisky y esperas que sea la hora de jugar pokar con San Pedro y Satanás.
Acá las cosas no están tan divertidas, ¿te acuerdas de ese PRI que estaba cuando yo nací?
¿Ese que te motivó a comenzar aquellas pastorelas en las que, con humor, evidenciabas a los emperadores desnudos que ostentaban el poder en ese México que esperábamos haber dejado atrás?
Pues están de regreso, recargados, con diferente color, pero igual de perjuiciosos.
¿Sabes? quizá el problema es que el avance no fue parejo.
Adelantamos en muchas cosas: hubo una alternancia en el poder, se crearon instituciones que retiraban el mando divino y absoluto a quien se sentara en la silla presidencial y, por algunos años, parecía que íbamos por un mejor camino del que tú recorriste por tanto tiempo.
Pero no era lo mismo para todos, hubo muchas personas que, con razón, se sintieron excluidas de un México que no supo o no quiso verlos y darles un lugar.
No buscamos asegurarles a ellos un futuro y, cuando alguien se siente sin futuro, les resulta más fácil venderse en el presente a quien pone unos pocos billetes en su mano.
Hoy, para mayor oprobio, es un veracruzano quien vende su alma para cambiar las reglas a favor de los que esperan quedarse con nuestro país y servirse de él para llenarse de poder y mantener una ilusión de “democracia”, eligiendo por voto popular a quienes, por definición, no pueden depender de la popularidad.
Creo que estarías tan molesto como yo al ver a los “humanistas” sin entender o haciendo como que no entienden que una “república amorosa” y democrática no puede construirse sobre el resentimiento, el miedo y el odio que día a día fomentan desde las tribunas que tendrían que ser espacios de unión y pluralidad.
¿Y la oposición?
Pues qué te cuento, que, igual que cuando estabas aquí, la mayoría de los políticos, sin importar el color de su afiliación, no están tan interesados en HACER el trabajo para el que fueron contratados, sino en MANTENERLO para seguir cobrando.
No les importa comprometer los pocos principios que dicen tener y cambian de partido como de calzones.
Lo que es peor, nos quieren hacer creer que lo hacen porque “podrán defender mejor la causa del pueblo”, no porque les llegaron al precio o les prometieron respetarles el huesito.
Papá, este fin de sexenio se está poniendo espeso y no como una malteada, más bien como un engrudo putrefacto, cortesía de ese señor al que alguna vez le tuviste fe, hasta que te dejó colgado con la renovación de Chapultepec y nos descalificó como “pirrurris” en aquella marcha por la seguridad.
Te extraño mucho y la gente dice que tu voz hace falta… supongo que nos dirías que hay que levantar la nuestra.
Descansa.
1 comentario
Hermoso texto Angel. Germán, tu padre debe estar orgulloso de lo que has logrado