Se me hizo fácil: Viva México

Se me hizo fácil

13 de agosto de 2024

Por Ángel Dehesa Christlieb

Viva México

Este fin de semana de conmemora el nacimiento de mi país, el cual me sigue pareciendo el mejor lugar en donde mis padres me podían haber tenido, aunque no estoy convencido de que aquí sea donde me quiera morir, pero, como he dicho varias veces, “lo de la muerte lo dejo para lo último”.

Yo quiero a mi país, no por la devoción a unas estatuas de bronce en una calle, no por cantar un himno que, con todo respeto, ni me gusta y fue compuesto en honor al “guerrero inmortal de Zempoala, uno de tantos vendedores de humo, aprendices de dictador que han buscado eternizarse en el poder, diciéndole a la gente aquello que le gustaba escuchar, aunque no fuera cierto.

Yo festejaré este fin de semana y diré ¡Viva México! en mi corazón, nunca al unísono con un señor que se siente “la voz del pueblo” y nos miente cada que puede, pero tampoco en consonancia con unos políticos que se dicen de “oposición” (hasta que alguien les dé efectivo o les muestre su expediente judicial), que se preocupan más por mantener sus curulitos y salir en la tele, que por hacer su trabajo.

No, yo voy a conmemorar que, el 15 de septiembre de 1810 comenzó a gestarse la tierra donde el Ingeniero y Arquitecto José Ramón de Ibarrola Berruecos, constructor del kiosko morisco de Santa María la Ribera, casado con Paula Vértiz, permitió que su hija Paula de la Cruz se casara con Alfredo Christlieb Rapp, un emigrante alemán quien se tuvo que convertir al catolicismo para recibir la bendición de sus suegros.

De ese matrimonio nació Alfredo Christlieb Ibarrola, que se casó con María de los Ángeles Robles González de Cosío, hija de Gabriel Robles, a quien Carranza le encargó negociar un acuerdo con Zapata durante la Revolución

Voy a recordar que, en este país, Margarita Violante Vega, quien trabajaba en la SEP, en las caravanas culturales promoviendo el volleyball, fue, con la selección de la secretaría, a jugar un partido contra el equipo de un pueblo perdido en algún lugar de México y perdieron.

Después de la derrota, Margarita escuchó las risas de otro de los integrantes de la caravana, un proyeccionista de películas llamado Ángel Dehesa Molina, que se burlaba de las derrotadas… Margarita se acercó a él y le dio una cachetada.

Don Ángel se lo tomó con filosofía y, meses después, conoció a los hermanos de Margarita, que intentaron alburearlo, hasta que les comenzó a contestar y mis tíos le dijeron a mi eventual abuela “Margarita, con este sí puedes salir, es más pelado que nosotros”.

Y de ahí mi papá, Germán Dehesa Violante.

Esto es lo que es México para mí, no una serie de “valores” oxidados, contenidos en una serie de panfletos que son rotos, antes que nadie, por los propios políticos que los editan y los pagan con mis impuestos.

Voy a celebrar a mi país, la tierra donde viven mi familia, mis amigos (de todas las ideologías y extracciones), mis maestros, mis sobrinos y la gente que quiero.

Hoy toca

¡Viva México!

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