El Ángel de la Gaceta
Por Ángel Dehesa Christlieb
Del suelo al cielo
Como dijo Jesucristo cuando se les apareció a los apóstoles después de muerto “dénse de santos que estoy aquí”.
Resulta ser que acá a su Rey Mago, le gusta levantarse cada mañana con actitud ganadora y dispuesto a conquistar el mundo, hagan de cuenta el “Fofo” Márquez antes de ser, merecidamente, huésped del estado.
Hoy por la mañana abrí el ojo al sonido de mi despertador que es comparable a la alerta de inmersión de un submarino nuclear, lo apagué y, con reflejos felinos, estiré mi humanidad para espantar el sueño.
Grave error, me entró un calambre en la pantorrilla y, en un afán de bajarme de la cama rápido para ponerle peso al músculo, sin abrir los ojos, apoyé mis manos en el colchón para empujarme, moviéndolas rápidamente en un arrastre digno de cualquier héroe de acción…
Hasta que se me acabó la cama… ¿cómo lo supe?
Porque mis manos sintieron aire y, al abrir los ojos, vi como la cama ascendía vertiginosamente y, dado que las camas no están dotadas de movimiento espontáneo, mi mente, entrenada por años de resolver enigmas imposibles, comprendió que no era el lecho el que subía, sino mi cuerpo el que bajaba.
El diagnóstico quedó confirmado cinco segundos después, cuando el piso puso fin a mi caída.
En resumen… me acomodé un costalazo de esos que duelen en el cuerpo y en la ya de por sí mermada dignidad.
Cabe mencionar que duermo sin ropa, por lo que Jessica, mi ejecutiva del hogar, que entró al oír el estrépito, está hoy en un estado catatónico del cual los doctores esperan que despierte para las elecciones intermedias del próximo sexenio.
Mala manera de comenzar el día, hagan de cuenta como equipo español en la Champions, aunque, por otro lado, ya peor no se iban a poner las cosas.
Y, en efecto, en pocas horas pasé del suelo al cielo gracias a los buenos oficios de dos personas a las que quiero agradecer públicamente, porque la gratitud, además de ser signo de buena crianza y mejor talante, es uno de los grandes catalizadores de la felicidad.
Si le das clic aquí, en un minuto te enseño cómo incorporar la gratitud a tus hábitos de vida
El primero a quien agradezco es a mi entrañable Alejandro García “Virulo”, el cual me insistió y me convenció de preparar un espectáculo- homenaje a mi papá, nos vimos hoy y nos está quedando bordado, como le dijeron a los colgados: estén pendientes.
Y, en segundo lugar, por un tema meramente cronológico, está el doctor Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la UNAM, quien, en la que es probablemente la mejor medida que ha tomado desde que llegó al puesto y continuando las buenas prácticas de los doctores Narro y Graue, me hizo llegar los abonos para asistir a los partidos locales de mis bienamados Pumas, hecho del cual apenas me enteré porque no avisé a su oficina de mi cambio de domicilio.
Imagínense llegar rengueando por el batacazo a recoger el estado de cuenta de la tarjeta y encontrarse el sobre amarillo “Por mi raza hablará el espíritu”, hasta el dolor se me quitó
Si alguien tiene manera de hacerle llegar al rector este sentido agradecimiento, ataviado de azul y oro, se lo voy a agradecer.
Así las cosas, si uno se porta bien, cultiva sus amistades como lluvia de flores preciosas y se rodea de gente buena, pasa del suelo al cielo en cuestión de horas…
Se los recomiendo.
Cualquier correspondencia con esta adolorida pero agradecida columna, favor de hacérmela llegar a través de mi página www.angeldehesac.com
Me ayudan mucho compartiéndola por este y otros medios (mándensela al rector) para tal efecto les dejo este enlace.
Ciudad de México, a 17 de abril de 2024
2 comentarios
Querido Ángel!
Te comprendo como no tienes una idea pues yo corrí con la misma suerte y también “se me
terminó la cama” jajaja
Sentí aire y un azotón impresionante!!
Gracias al cielo, no sufrí mayor daño, pero fue inesperado y hoy me muero de risa… Yo me levanté a oscuras para agarrar a mi gatita que estaba en mi redtirador junto a mi cama para llevarla conmigo a dormir, al tomarla, me aventé de espaldas y 💥 pum, olvidé que había movido mi cama esa mañana y solo sentí la orilla de la cama y la gravedad y el movimiento hicieron el resto. Azoté quedando con las piernas al aire y dándome un coscorrón tremendo Sentí un gran calambre en los brazos, de entrada, pensé que me había dañado las vértebras, pero afortunadamente no fue así y sólo fue un gran susto! Tuve suerte!!
Te abrazo y qué gusto que pudieron ayudarte, me alegro que estás bien y feliz con tu abono para ver a mis PUMAS adorados!!!
Siempre, al final sale el
Sol, o en este caso… llega el abono !!
Disfrútalo mucho.
Abrazo cariñoso
Taniux
Me sigo riendo
Sana sana, colita de rana?